La historia del productor argentino que apostó por completo por la genética ABS para acelerar la evolución de su rebaño de Angus – y que, ahora, celebra los resultados de esta decisión
Podría decirse que uno de los beneficios de la genética es su adaptabilidad a diferentes objetivos productivos. Desde la mejora de la conformación de los animales hasta el aumento de las tasas de preñez y concepción, pasando por la salud, la raza y muchos otros, la genética, cuando está bien planificada, puede ayudar al productor a lograr sus objetivos.
En Los Toldos, provincia de Buenos Aires, Argentina, el productor Esteban Francisco Podestá, dueño del establecimiento La Estampida, ha llegado a conocer estas ventajas. Después de convertirse en cliente 100% ABS hace siete años, celebra avances nunca antes vistos en el progreso genético de su rodeo, compuesto por 500 vacas, de las cuales el 65% son animale Angus Colorado y el 35% Angus Negro.
“Hoy, el único semen que ingresa a la propiedad es de ABS. Nuestra producción está orientada a generar animales de calidad genética superior, con énfasis en características como precocidad, docilidad, mayor peso al destete y al año, además de muy buena facilidad de parto y bajo peso al nacer. También se tiene en cuenta el peso y la altura de las vacas adultas”, describe Esteban.
Para satisfacer criterios tan exigentes, el productor sabe que una buena planificación genética es la forma más eficiente y capaz de ofrecer la solución con el mayor valor agregado. Así, el equipo de La Estampida trabaja en la reposición mediante vaquillonas inseminadas a los 15 meses, por IATF (inseminación artificial en tiempo fijo). Las vaquillonas se someten a sincronización y resincronización con IATF, mientras que las vacas adultas solo se sincronizan una vez.
Con resultados cada vez mejores, Esteban comenzó a vender vacas y vaquillonas preñadas, así como terneros engordados a corral, con buenos rendimientos. Durante los últimos cuatro años, también vende toros con genética ABS.
“Cada año, se nota cómo estamos mejorando. La facilidad de parto y crecimiento es cada vez más evidente. También usamos la genómica para observar las DEPs de los toros que vendemos, así como los que usamos en nuestro rebaño, dice.
El año pasado, las vaquillonas inseminadas a los 15 meses registraron tasas de preñez del 55% en la primera sincronización, y un impresionante 67% en la resincronización. “Este año, la primera sincronización ya ha arrojado una tasa media de preñez del 56 %, utilizando el toro No Worries en vaquillonas.”, apunta Esteban.
El productor deja en claro que los números del rebaño han comenzado a aumentar notablemente desde que la finca se convirtió en 100% ABS, cumpliendo los objetivos del equipo.
“En Angus Colorado, utilizamos los toros Above & Beyond, Ultimate, No Worries y Gran Prairie. En Angus Negro usamos Chinook, Bluestem, Substantial y Hickok. Optamos por la genética de toros probados; así, no tenemos problemas durante el parto. Esto es muy importante para nosotros, considerando que nuestro equipo de campo es reducido. Un parto sin obstáculos aumenta la eficiencia de todo el sistema”, comenta.
Esteban también destaca el buen resultado de usar vaquillonas hijas de IATF: a lo largo de los años, el equipo registró mejoras en la precocidad, además del peso al destete por año. Todo ello sin cambiar el manejo o la alimentación de los animales.
“El servicio técnico y comercial de ABS también es un factor a tener en cuenta. Es un equipo compuesto por los profesionales más dedicados, siempre dispuestos a servir al cliente en caso de necesidad. Esto nos da una sensación de seguridad muy positiva y la certeza de que la inversión que hicimos fue la correcta”, celebra el productor.
El rebaño de Esteban es la prueba viviente de la diferencia que puede marcar la genética; más que eso, es un ejemplo del potencial que pueden alcanzar las mejores genéticas del mercado, aplicadas según un proyecto diseñado desde el principio para ser las más eficientes y productivas. “Antes, nuestro objetivo era formar un rodeo de calidad sobre la media de los productores. Ahora, alcanzamos un nivel en el cual se puede competir con cualquier cabaña”, concluye el productor.